Yo le había dicho a José E. por WhatsApp, cuando por el mismo medio me invitaba a la presentación en sociedad de su nueva obra: Manuel Saturio Valencia, el último fusilado en Colombia ¿mártir racial o perseguido político?, acto realizado en el salón del Banco de la Republica el pasado 24 de julio del año que discurre; que yo bajo ningún pretexto o justificación me perdería dicho evento, porque lo consideraba la cita cultural y quizás política más importante del año, y que así no me hubiese invitado, yo haría como el sinvergüenza del barrio -concurre al baile con invitación o sin ella-, porque me encanta escuchar sobre mitos y leyendas, no tanto como Uribe, pero sí como Hussein; además, porque se trataba del mismo autor de: Diego Luis Córdoba: Mito y Realidad, obra que desde 2015 profundizó el debate sobre la paternidad del Chocó y su paso de intendencia al ente territorial que es hoy, publicación que levantó ampollas en determinados sectores -ampollas que no han sanado-, en cuanto que, sin restarle importancia a la figura del hombre de Neguá, invitó a investigar más sobre la vida y obra de esta figura estelar de la política nacional y regional. Para que, el acto estuvo concurrido, los organizadores se pifiaron en los cálculos de asistencia, pues tuvieron que meterle más sillas al salón, y este se llenó, fuera de algunas cotorrillas que revoleteaban por la puerta de acceso, por lo que creo que el prolífico escritor debe haber quedado satisfecho, así como la concurrencia; porque además de las centradas intervenciones del autor y demás asistentes, nadie esperaba las flores del Ingeniero Hernán Ruiz Bermúdez a la concurrencia, rotulándola como la clase intelectual del Chocó ¿será que se burlaba? yo entre ellos, que no cabía en la camisa por mi barriga setentona, pues jamás se habían referido a mí en esos términos, y creo que ni a muchos de los presentes, detalle que siempre le tendré en cuenta al Ingeniero Ruiz Bermúdez.
Y es que, el Ingeniero le habló al público en la sección de preguntas, no para cuestionar al autor de la obra, sino para replicarle sobre las condiciones físicas de Deyanira Castro, teniendo como fuente, las charlas que en alguna época había sostenido con la familia Castro, de la que hacía parte su esposa Camila Castro Morales, hija del también Ingeniero Oscar Castro Conto, tío de Deyanira, de los Conto de Neguá y eterno constructor de la Catedral de Quibdó; postura que chocaba con la de José E, quien, teniendo como fuente a Ciro Castro Rodríguez, a quien conocimos como “Ciro Callo”, hermano de Marco Tulio, ejemplo de la caída y ruina de la carrera primera -también familiar cercano de la supuesta amante de Saturio-, le había comentado al escritor que, Deyanira era fea para esconder, no tenía ninguna gracia física, pero que además, era retrasada mental y discapacitada, por lo que permanecía en silla de ruedas, lo que descarta los amoríos de Saturio con esta y la posible represalia de sus familiares o del círculo de la carrera primera para con el último fusilado en Colombia, lo que también prueba o desaparece el tinte racial de la historia del fusilamiento de Manuel Saturio, que lo ha convertido en un icono de la lucha racial del Chocó y del país.
Yo me había hecho detrás de varias estudiantes del Colegio Carrasquilla y delante de su respectivo profesor, quien, en desarrollo de la presentación del libro comentaba que, motivados como estaban con el tema, quisieron escuchar y tener más elementos de juicio sobre la historia del sacrificado Manuel Saturio Valencia (Blandón), y les oí, después de que ellos se quedaban con la versión expuesta por José E. y tan interesados estaban, que como yo, se hicieron a un ejemplar del libro, ellos para seguir investigando y yo para escribir un par de bobadas como estas, porque si algunos dirigentes de negritudes presentes, expresaron su ignorancia sobre la tesis expuesta por José E. en el texto de su obra, a ellos como docentes y a nosotros como columnistas, nos toca orientar a la juventud y a la sociedad respecto de los hechos tal y como sucedieron, aislándonos de sesgos ideológicos y partidistas, y lo que toca o nos corresponde es, actualizarse y comunicar como debe ser, y que más que esta obra, producto de la rigurosidad investigativa del autor.
En conclusión: Yo he tenido mis coge-coge con el escritor José E, pero después del evento y habiendo leído en su integridad el libro lanzado para estos días, no nos queda otra alternativa que aceptar la nueva tesis y esperar que quienes elevaron a la categoría de mártir, el nombre de Manuel Saturio Valencia (Blandón), como abanderado en la lucha contra la discriminación racial, por lo que supuestamente había significado su vida de apoyo a la causa negra en el Chocó y el país, simplemente que la bajen, por mientras encuentran elementos de juicio más sólidos que rebatan los argumentos consignados en la obra que recién se lanzó, porque, ante tanta claridad, mantenerla en la cúspide, como ha sido hasta hoy, es pura necedad, en cuanto, ni siquiera les importa las palabras del escritor Arnaldo Palacios en el prólogo del estudio del docente y dedicado escritor César Rivas Lara sobre Manuel Saturio, en el que sostiene que, Saturio, en lugar de abrazar las ideas progresistas, abrevaba en las más oscurantistas de la época, engordando aún más la tesis que los móviles del fusilamiento de Saturio fueron políticos y no otros, como se deja claro en la obra. Pero más allá de estas consideraciones y razonamientos, el dolorcito de cabeza me empieza a molestar es, cuando el escritor y periodista responde a una pregunta de uno de los asistentes: Que cuando iba a escribir sobre personalidades como Daniel Valois Arce, y aquel respondió que estaba preparando un libro sobre los protagonistas de la historia del Chocó; anuncio que me pone a pensar que si José E. continúa con la misma línea de rigurosa investigación y argumentación, utilizadas para entregarnos obras como la presentada el jueves 24, o como la otra versión de la creación del departamento de 2015, no es que no vaya a quedar títere con cabeza, sino que vamos a conocer desde otra óptica, detalles desconocidos de la vida de importantes personajes de la historia del Chocó, en la que me imagino quedarán al descubierto algunos hechos que se han minimizado, magnificado o distorsionado; otros que se dan a conocer con cierto sesgo para beneficio de cierta cauda partidista, y así han quedado de generación en generación en la retina y mollera de nuestro pueblo, causando de suyo un desequilibrio frente al reconocimiento que toda sociedad, sin discriminación debe hacer a sus grandes hombres, como cuando uno observa que existe al menos una escuelita en cada municipio en honor a determinado personaje, y ni siquiera una mención para otros o para los verdaderos forjadores de la educación en el Chocó, tal y como lo han reconocido excelsos escritores o historiadores en distintas épocas.
PDTA: A propósito de la UTCH post huracán David, escribí y fijé mis posiciones, porque no concebía que los recursos de la universidad se los robaran para aplicarlos en las campañas electorales en favor de candidatos liberales o embilletados, hasta ahí llegué yo. Ahora que la dirigen los Progresistas, me río mucho con un amigo aspusista y de izquierda, comentando que los comunistas comen solos -dicen desde adentro-, por lo que la “Gorda” y su equipo no demoran en montarse de nuevo. ¿Qué pasa con la Triestamentaria que no se ponen de acuerdo?
Atentamente,
Odín Sánchez Montes de Oca
Un comentario sobre “Me dio cierto dolorcito de cabeza durante el lanzamiento del libro de José E. sobre el mito Saturio.”
Buen comentario Doctor Odín. Felicitaciones.