No es que critique o esté envidiando la idea de algunos directivos de la UTCH y de la justicia contenciosa, o de sus magistrados y jueces, por los homenajes y creaciones de cátedra en honor a Cesar Palomino Cortés con ocasión de su reciente renuncia al Consejo de Estado y designación como Director de la Oficina de Defensa Jurídica del Estado, porque así es que la cogen o lo llaman cuando alguien critica con la razón o se ponen en evidencia las vanidades del poder; los homenajes y reconocimientos son válidos por los círculos a los que pertenecen los homenajeados, y hasta se bautizan cátedra y otorgan doctorados honoris causa a personajes sobresalientes en una disciplina o en una labor determinada, investigaciones o inventos. Les confieso que, no me molesta para nada los que en el fin de semana recibió él oriundo de Cupica y precandidato del Partido Liberal a la Gobernación del Departamento del Chocó, porque coincidencialmente, estaba escribiendo mi habitual columna para El Manduco sobre los personajes de la Época Dorada del Chocó, la que suspendí por una salida de urgencia el sábado a Medellín.


Empezaba este artículo escribiendo que, no habiendo cumplido la mayoría de edad, en la Yesca Grande, en casa de Enriqueta Valencia, madre de J. Elías Córdoba Valencia, no recuerdo por qué, resulté compartiendo con los “Tres Reyes Magos”: Arnoldo Palacios, el abogado y economista Carlos Calderón Mosquera y el periodista Primo Guerrero Córdoba, así llamados con mofa en algunos mentideros políticos de la época porque ya sesentones, les dio a esos encumbrados intelectuales chocoanos, por integrar una lista, con la intención de aspirar a la Cámara de Representantes; corrían los años setenta y la aventura les duró muy poco, porque por donde vinieron tuvieron que devolverse, por la falta de respaldo electoral, porque en aquellos tiempos no había cabida para otras opciones, era Cordobismo, Lozanismo y Conservatismo. Que honor y orgullo representó para mi haber conocido en edad temprana varios de quienes hicieron parte de la Edad de Oro del Chocó, pues de niño tuve la fortuna de conocer también al Ingeniero y ex Gobernador Demetrio Valdés Ortiz -transportado en lancha hasta nuestra estancia en Samurindó por su hermano Donaldo Valdés-, y por obvias razones también a Ramón Lozano Garces, por la cercanía política con mi padre; igualmente y en la propia “Casa Grande”, al dirigente liberal Aureliano Perea Aluma, esposo de nuestra profesora Enriqueta Chalá de Perea, y de quien conocíamos por su trayectoria parlamentaria en defensa de los intereses del Chocó y del también legislador “Nacho” Vives, época en la que había interpelado con carácter y vehemencia al presidente de entonces Carlos Lleras Restrepo; y ya en Bogotá, para la segunda mitad de la década del setenta fue nuestro amigo Lascario Barbosa, quien me llevó a conocer al ex Ministro Adán Arriaga Andrade -su tío político- a su oficina de la Calle 13 entre 8a. y 9a, quien me trató con todas las consideraciones como era costumbre en él, y además, por ser nieto de Patrocinio Sánchez, su capitán en el Municipio de Quibdó -Rio Munguidó-, en pleno apogeo del Arriaguismo.

De izquierda a derecha sentados :Ramón Lozano Garcés parlamentario, experto en derecho minero ,embajador, ingeniero Demetrio Valdes Ortiz gobernador del Chocó, primer chocoano gerente de la Chocó Pacífico , Adán Arriaga Andrade, gobernador, ministro de trabajo , Prospero Ferrer, Diego Luis Córdoba parlamentario, fundador del Córdobismo , Primo Guerrero periodista de ideas socialistas y Aureliano Perea Aluma parlamentario por más de dos años décadas.
Avanzaba en la construcción de este artículo y coincidía lo del precitado homenaje con la lectura de un artículo del escritor Julio César Uribe Hermosillo de abril de 2023 ilustrado con un collage de intelectuales y dirigentes de la Generación Dorada, fotografías que además de los ya mencionados, le pertenecían entre otros a Diego Luis Córdoba, Daniel Valois Arce, Delfino Diaz Ruiz, Alfonso Meluk, Dionicio y Ricardo Echeverry Ferrer, Manuel Mosquera Garcés, artículo en el que contaba sobre la excursión científica al San Juan de los estudiantes de cuarto año de ingeniería de la Escuela de Minas de Antioquia de la Universidad Nacional, dirigida por el Geólogo Alemán Robert Wokittel -año 1934-, de la que hacían parte Ramón Mosquera Rivas (“Moncho”, para sus condiscípulos) y también el chocoano Benjamín Ferrer Ibáñez, a quienes se les debe la obra del Istmo del San Pablo y el Plan Vial del Chocó respectivamente; cuenta también el escritor Uribe Hermosillo que, en homenaje a dicha excursión se realizó una edición especial de la revista Dyna de la Universidad Nacional, que contó con 5 artículos del informe de la excursión y 7 artículos más, cuyos autores fueron seleccionados, entre ellos, el aún estudiante para la época Ramón Lozano Garces, Luis Felipe Valencia, quien diseñó el primer acueducto para Quibdó, hermano de Reynaldo Valencia director del ABC y del reconocido Intendente Jorge Valencia, y el Dirigente Istmineño Marino Abadía Valencia.
Al tiempo que escribía la presente nota -repito, no por envidia por lo que sucedía con el ex Consejero-, pensaba en el reconocimiento que alguna vez planteaba algún escritor y articulista, quien hablaba de un espacio en el Malecón para ellos, o de mi cosecha proponer, si supiera como se hace eso de una cátedra, una en la Facultad de Derecho para los juristas fundadores Aureliano Perea Aluma o Luis Augusto Córdoba, inclusive, una como reconocimiento a Ramón Lozano Garces en Derecho Minero, de quien nos decía Eduardo Kronfly Kronfly, que en su época no se perdía una conferencia o una intervención en esta materia de Ramón Lozano Garces; o la cátedra en la Facultad de Ingeniería en honor a Ramón Mosquera Rivas “Moncho”-de los “Majajos”, del Pite, barrio de Istmina-, eminente intelectual, ingeniero y padre del ex Rector David Mosquera; homenajear a Benjamín Ferrer Ibáñez, condiscípulo de aquel y también ex Gobernador del Chocó, o porque no, bautizarla con el nombre del Ingeniero y ex Alcalde Félix Arenas Conto, uno de los mejores alcaldes que haya tenido Quibdó.
PDTA: Muchas coincidencias: Lo que escribía y el homenaje de viernes y sábado; mi viaje a Medellín en el mismo vuelo con Nubia, “Pacho Bueno” y Boris Peña “el polifuncional”, que iban en tránsito a Unguía a hablar del Canal Seco y ninguno es ingeniero (3 abogados), y ya en el Olaya Herrera, la presencia en el Hall de un empresario de Aguardiente Antioqueño. Advierto: ¡A mí no era el que estaba esperando!
Atentamente,
Odín Sánchez Montes de Oca