Toda la sociedad chocoana se enteró o conoció que en el proceso penal que adelantó la Fiscalía de Delitos contra la Administración Pública -a cargo de Jackson Eustaquio Chaverra y el Juzgado de Control de Garantías, regentado por Xavier Tabares Ferrer- conocido como el “Proyecto Madera” no pasó nada (como se suele decir por acá); casi que todos los involucrados en la defraudación a la UTCH por más de treinta y seis mil millones de pesos están libres; algunos después de estar domiciliados y/o por vencimiento de términos; y a otros como al Oh Rey David Emilio, a quien se le negó la imposición de la medida restrictiva intramural, tal y como sucedió este martes con el mismo reo en el proceso que se le sigue a él y a otros funcionarios de la Universidad Tecnológica, por la presunta defraudación contractual por mil quinientos millones de pesos, al parecer también de los recursos de regalías, pese al esfuerzo del Fiscal Juan Carlos Galeano por demostrar la responsabilidad del exrector, incluso, argumentando la peligrosidad que representa para la sociedad, al enrostrarle 30 anotaciones judiciales, entre ellas la Audiencia de Juicio ante la Sala de Instrucción de la Corte Suprema, suspendida porque coincidía con la que se le llevaba a cabo acá en la Choquib y que se celebraba virtualmente y en la que el Juez 4to. Penal Municipal con Función de Garantías, extraña y sospechosamente no encontrase que estuvieran dadas las condiciones para privar de la libertad a los encartados por la debilidad de los elementos materiales probatorios presentados por la Fiscalía para deducir la existencia de los delitos imputados a los investigados.
Aunque la sociedad chocoana, y yo, entre los muchos miembros de esta, reconocemos la experiencia y conocimientos de los defensores Ferrer, Parra, Ortiz, Rodríguez y Vivas, sin lugar a dudas, de los mejores de la plaza en materia penal -según cuentan-, ello no puede esconder los estragos del “Huracán David” en su paso por la UTCH, quien hizo toda la leña cual árbol caído que de ella quiso, y aunque, otro tanto de la sociedad se haga a un lado o quite la vista de donde suceden los hechos cuestionados, entre ellos las malas decisiones de fiscales y jueces, porque así no sea este uno de los casos, hay funcionarios judiciales que la embarran a propósito, no investigan como el asunto y el momento les exige, no argumentan ni presentan los elementos probatorios necesarios y con la suficiente contundencia como para que se infiera lógicamente la existencia del hecho punible, dándole papaya al juez para que este, con la mirada fija en el papel moneda, deseche el pedido de la fiscalía, disminuyendo ostensiblemente la sanción judicial y consecuencialmente la social, para burla de la administración de justicia y la crítica general al Sistema Penal Acusatorio; así existan todos los rogativos porque a los investigados se les sancione condignamente.
Hemos conocido de la seriedad de Benjamín Ferrer, escuchamos de lo sesudo de sus pronunciamientos cuando fungió como Juez Primero Penal del Circuito, por lo que me aparto y no me interesan los comentarios de nepotismo -que se pregona existe en la fiscalía y en la rama judicial- que vienen haciendo algunas bodegas, igualmente de la poca bola que le he parado al dicho sobre que el Señor Juez 4o. Penal Municipal con Funciones de Garantías que tomó la frustrante decisión de dejar en libertad al reo Mosquera Valencia y otros, haya hecho o no, las prácticas para recibirse como abogado en la UTCH en el despacho dirigido por Benjamín Ferrer. El asunto aquí es de conocimiento y experiencia, pero lo que si tenemos que decir es que, el Dr. Jackson Eli no tiene, ni lo uno ni lo otro, y nos parece que aquí hay mucha responsabilidad de quien lo escogió, porque sabían de antemano de la camisa de once varas en donde se iba a meter, porque el asunto que le tocaba resolver no era de poca monta, sumado a esto, la expectativa que ante la sociedad chocoana generaba el tema. Ahora imagínense el temor reverencial de este muchacho, al verse actuando frente a quien fue relativamente su jefe, y ante los experimentados integrantes de la defensa de los encartados en este emblemático asunto judicial.
Y como no quiero hilar tan delgadito al tratar de imputarle responsabilidades a todo el mundo, yo señalaría o descargaría la responsabilidad a una sociedad como la nuestra ciega, sorda y muda, porque en la medida en que fuese más activa y enérgica en el reproche y la sanción social, sus ciudadanos serían más temerosos de la ley.
PDTA: No soy muy dado a especular sobre las renuncias en el Chocó, pues lo que sé es que por estos lados ese verbo no se conjuga, pero el afán de unos y la necesidad de otros me llevan a creer en la sonada renuncia de “Pacho Bueno”; ya me lo han dicho, está azarado y cree que renunciando se salva de la justicia penal ordinaria y de la Procuraduría General, así como convidando también al Bagre, que en estos días anda bañado con Baba de Anayó, que haga lo propio, para poder ingresar al congreso por este. ¡Cuidado y por aspirar a tumbar a Domingo, el que salga encarcelado sea el!
Atentamente,
Odín Sánchez Montes de Oca