¿Qué hay que hacer para sacar de los últimos lugares a las instituciones del Chocó?

Según diversas fuentes de información nacionales y regionales, por séptimo año consecutivo, la Universidad Tecnológica del Chocó ocupa el último lugar (224) en el rango de las instituciones superiores de Colombia, con el peor desempeño a nivel académico, y según información aparecida en Google, la Universidad Claretiana, también con sede en Quibdó, ocupó el penúltimo lugar, es decir, el puesto 223 en las Pruebas Saber Pro del año 2024, en las que participaron 2.000 estudiantes de la Universidad Tecnológica del Chocó Alma Mater de nuestra educación universitaria; el examen de estado de Calidad de la Educación Superior Saber Pro, es un instrumento de evaluación estandarizada para la medición externa de la calidad de la educación superior, que evalúa la calidad de las competencias de los estudiantes que están próximos a culminar los distintos programas profesionales universitarios; los resultados que presentamos graficados aquí, tomados de distintos medios, son paupérrimos; y no es para que vayamos a salir con el cuento que es que nos las tienen velada porque somos negros; porque cuando es la hora de decir que los negros somos los mejores, se nos hace agua la boca, y no nos aguanta nadie. Pero créanme que a esto hay que pararle bolas, porque no solo perjudica a todos los egresados Utechinos, sino a todos los profesionales chocoanos, pues me imagino la respuesta de los empleadores al momento en que estos hagan sus ofertas de servicios profesionales y tengan que exhibir los títulos o documentos que los acrediten como profesionales de tal o cual universidad con sede en el Chocó. Por supuesto que no hay que generalizar, pero estos indicadores no le ayudan a nadie.

De otro lado, el pasado 6 de marzo, importantes medios de comunicación, entre ellos la Revista Semana, publicaron un informe oficial del Ministerio de Ambiente y Desarrollo Sostenible, con corte a diciembre del 2023 sobre el desempeño administrativo de las Corporaciones Autónomas Regionales y de Desarrollo Sostenible, advirtiendo en dicho informe que, Corporinoquia ocupó el último lugar entre las 33 entidades regionales, y la Corporación Autónoma Regional para el Desarrollo Sostenible del Chocó, el puesto 29, es decir, el 5o. puesto de atrás hacia adelante, informe que servirá para que dichas corporaciones refuercen los procesos de toma de decisiones, prioricen la asignación de recursos, mejoren la planificación de acciones de seguimiento y la evaluación de trámites ambientales. He de advertir a los que se usufructúan de las mínimas en esta entidad, o de las licencias temporales, que no copio de amenazas, de torciones de ojos, ni de hijueputazos entre labios, porque las menciones que hago en mis escritos o columnas, sobre todo en esta entrega, no tienen nada de personal contra quienes regentan las instituciones ahora o lo hicieron en el pasado, y más bien, empezando por esta nota, es una invitación a que, quienes hacen la institución: Rectores, directores, consejos directivos o superiores y funcionarios encargados de ejecutar las políticas, acepten los errores, hagan los diagnósticos y elaboren los respectivos planes de mejoramiento, con el compromiso de todos para ejecutarlo, y así poder salir de los últimos lugares que muestran los indicadores y a donde nos ha llevado la falta de compromiso, la falta de amor propio y sentido de pertenencia, la politiquería, por entregarles las instituciones coincidencialmente al mismo grupo político que todos conocemos.

A veces nos enojamos con el lenguaje utilizado por determinado periodista, cuando gráfica la situación que vivimos los chocoanos afirmando que, “Estamos en un pantanero o untados de caca y el agua lejos”, o nos emputamos con algún veedor por los apodos con que señala a algunos protagonistas del estado actual de cosas en nuestro departamento, y a quienes les debemos el hecho de ser los primeros en corrupción, pero los últimos en educación universitaria y desempeño administrativo institucional conforme las gráficas, y es que, la vez pasada nos hirieron el amor propio cuando a un ligero y gordo diputado antioqueño se le dio por decir lo del “Bollo perfumado”, pero deliramos con las estridencias de algún ladronzuelo nuevo rico mostrando los lujos de su cumpleaños -cosa que no es mala-, retando a quienes con justicia lo acusan de haberse enriquecido ilícitamente y por andar aún comprometido con las irregularidades que son el pan de cada día en la Secretaría de Educación, sobre todo en lo que tiene que ver con la educación indígena.

Pero no se trata de responsabilizar única y exclusivamente a rectores, directores o gerentes de las instituciones, por las actuaciones que llevan a tildar de pécoras a sus estudiantes y egresados, y por los pésimos resultados del desempeño administrativo de algunas entidades; se trata de responsabilizar a todos los estamentos de las instituciones y sus consejos superiores o directivos, porque son estos últimos los encargados de elegir o designar a los rectores y directivos, de elaborar y formular las políticas, planes y programas para la realización de una eficiente labor administrativa y el cumplimiento de las metas misionales para beneficio de la institución misma y la comunidad en general; pero con el tiempo ellos y sus representantes legales, quienes están a la cabeza de la estructura administrativa de la institución, se asocian de cuerpo y alma para compartir nóminas y contrataciones con los que unos y otros se fortalecen para reelegirse cada vez que termina el correspondiente periodo y se perpetúan en el poder con los correspondientes vicios que estas relaciones contraen, y si no, miremos lo que sucede en las instituciones calificadas recientemente por las autoridades competentes. De manera tal que, para contemporizar con el título de este escrito recomendaría la brillante columna escrita para estos días por Víctor Manuel García Ayala, cariñosamente conocido como Víctor Bronchan: “Academia embilletada o educación pertinente para la UTCH”.

PDTA: Aceptemos que lo del Tribunal de Arbitramento y conciliación de la Cámara de Comercio de Bogotá y la renovación del Contrato de Concesión para la explotación de la Mina de Cobre del Carmen de Atrato -Aún sin conocer ni el fallo, ni las cláusulas del contrato-, sean buenas noticias para el Chocó, pero no podemos olvidar por mezquindades o caprichos personales, quienes fueron los forjadores de estos logros, cuyos inicios se remontan a 2019 o 2020, cuando ni se estaba en la gobernación, ni en la defensa jurídica del estado. “Por decir la verdad, no se puede tomar represalia contra los demás”.

Atentamente,

Odín Sánchez Montes de Oca

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